Referirnos a “Malinche” únicamente como ‘el musical’ de Nacho Cano es injusto ya que es una concepción tremendamente reduccionista que se aleja de la realidad. El componente del grupo Mecano es el artífice de la experiencia azteca-madrileña. Ifema acoge una enorme carpa que al entrar nos sumerge en el Templo Canalla, un espacio magníficamente decorado donde es posible degustar comida y bebida que fusiona los típicos platos mexicanos con deliciosas opciones gastronómicas nacionales de la mano de Grupo Life Gourmet y Grupo La Fábrica. Todo ello a unos precios contenidos, algo que se agradece enormemente en los tiempos que corren, con una variada carta que alimentará previamente nuestro estómago y saciará nuestro apetito durante las 2 horas y media que dura la representación.
Para disfrutar del espectáculo es preciso tener claro que está inspirado en la historia de Malinche, traductora y diplomática de Hernán Cortés en la conquista de México. No se trata de una recreación fidedigna de los acontecimientos: no es un documental, sino un musical y como ocurre con este género teatral el autor aporta su creatividad, talento y sello personal, y se permite licencias, algunas de ellas contemporáneas.
Recinto perfectamente construido
Aceptando este acuerdo tácito, “Malinche” se convierte en un prodigio pocas veces visto en las tablas madrileñas, en un recinto del que queremos celebrar las comodísimas butacas, unos sillones mullidos que nos hacen sentir la magia del teatro como si estuviésemos en el salón de nuestras casas, y que esperamos que se generalicen en el resto de recintos de Madrid. Además, desde cualquier asiento de la platea es posible disfrutar del espectáculo sin ningún impedimento gracias a que el patio de butacas se ha nivelado de forma precisa, asegurando la perfecta visibilidad.
Decorados grandiosos
Los decorados (la cascada, el barco, la pirámide, la vegetación…) resultan sublimes en su concepción y ejecución (enhorabuena a sus creadores). Estamos convencidos de que si Moctezuma levantase la cabeza se asombraría como nosotros por la brillante recreación del Imperio Mexica que contribuye a zambullirnos de lleno en el siglo XVI.
En la planificación y desarrollo de “Malinche” ha colaborado un equipo de gran talento: la puesta en escena ha corrido a cargo del taller Molla y Estudio Arte Herrador; las escenografías han contado con la supervisión de Hansel Cereza -cofundador de La Fura Dels Baus-; y el vestuario es obra de José Ventura.
Bailarines: pasión y talento
Los bailarines, materia prima de las espectaculares coreografías que nos dejaron con la boca abierta por la complejidad de las mismas, reúnen un nivel artístico pocas veces visto por la intensidad, entrega y pasión en cada uno de los números, sin mostrar ni fatiga ni cansancio. Toda nuestra admiración hacia ellos porque han nacido para ‘esto’.
México mágico
Las canciones que sirven de hilo conductor llevan el inconfundible sello ‘made in Nacho Cano’, algo que poco artistas nacionales han podido conseguir -y exportar-, con una musicalidad que apuesta por las segundas voces femeninas, a modo de coro, que nos recuerdan al inolvidable tema “Vivimos siempre juntos”, el cual se puede bailar y cantar al final el musical, en el Templo Canalla -además de otras muchas canciones, conocidas por todos-. Aquí la canción estrella, que se convierte en la banda sonora -que nos llevamos en la cabeza y el corazón- es la maravillosa “México mágico”.
Voracidad histórica por conocer
Nacho Cano consigue con “Malinche” que queramos saber más de la historia de esta esclava que desempeñó un papel fundamental -no solamente como traductora- en la conquista de México y que, además, fue madre de uno de los primeros mestizos, Martín, cuyo padre fue el propio Hernán Cortés. Resulta tremendamente edificante sentir el anhelo de conocer más en profundidad la biografía de personajes históricos como Jerónimo Aguilar, Diego Velázquez de Cuéllar, Pedro de Alvarado o Pánfilo de Narváez. Salimos con las ganas de conocer al detalle la vida y milagros de Moctezuma Xocoyotzin, rey de los mexicas de 1502 a 1520. Todos ellos están perfectamente encarnados por actores que aportan su innegable comicidad, con potentes voces de registros inimaginables a la hora de cantar en un musical que ha tardado en 12 años en llegar, con un resultado espectacular.
«Malinche» se representa en Ifema Madrid.
Fotografía principal extraída de la web.