Salimos de ver ‘Matilda’ con una sonrisa en la boca y con ganas de volver a ver la película dirigida por Danny DeVito en 1996. Comenzar de este modo esta crítica constituye un spoiler en toda regla que ya os adelantamos: no os debéis perder este maravilloso musical que actualmente se representa en el Nuevo Teatro Alcalá.

La novela de Roald Dahl, con canciones de Tim Minchin y libreto de Dennis Kelly, ha sido adaptada y dirigida por el mago David Serrano, experto en estas lides (en esta ocasión se ha encargado también de la traducción de las canciones junto con Alejandro Serrano). Las enloquecidas y perfectas coreografías han sido creadas por Toni Spinosa y las elaboradas caracterizaciones -especialmente deslumbrante en el caso de la Srta. Trunchbull- nacen del ingenio de Chema Noci.

Reproducción de escenas míticas

“Matilda” lleva a las tablas madrileñas algunas de las escenas míticas que vimos en la película, toda una gozada para el espectador: cómo el cambio de la mezcla química por parte de Matilda del tónico capilar de su padre hace que éste tenga el cabello verde -asimismo, el sombrero queda pegado a su cabeza en otro momento de la representación ya que su hija coloca pegamento en su interior-; la obsesión por parte de sus padres y hermanos para que la niña abandone su afán lector a favor de la ‘educativa’ televisión; los poderes telequinéticos que posee la protagonista, que va descubriendo su potencial a medida que se desarrolla la historia y que utiliza para vengarse de los adultos que cometen injusticias; el ‘lanzamiento de trenzas’ de la directora Trunchbull, arrojando a Amanda Tripp hasta lo más alto de los palcos (no se lo pierdan, bate el récord olímpico); el terror a ir al ‘agujero’, ese espacio inhóspito, lúgubre, que inspira auténtico pavor y pánico entre los niños; la complicidad maternal entre Matilda y la atormentada señorita Honey, una relación dulce hasta en su desenlace; el tritón dentro de la jarra de agua de la directora, trastada ejecutada por la mejor amiga de Matilda; o Bruce Bogtrotter comiéndose como castigo una enorme tarta de chocolate.

Canciones en español

“Matilda” es un musical pensado, ideado y creado sobre todo (o también) para los adultos cuyo éxito radica sin duda alguna en dos factores: el elenco y las canciones en español, con unas voces en directo que alcanzan unos niveles sonoros y potencia inusitados, y unos matices que nos transmiten alegría o ternura, según lo requiera el momento y la escena en cuestión.

Elenco

En esta ocasión, tuvimos la fortuna de ver a Daniela Berezo como ‘Matilda’, puro entusiasmo, profesionalidad, con una excelsa capacidad de memorización de un texto y unas canciones nada fáciles, con una declamación intachable en los monólogos y en los diálogos y una complicidad y compañerismo con el resto de actores envidiable a su edad.

Nuestro adorado y admirado Oriol Burés encarna a la (¿odiada?) directora Trunchbull. Nada más reconocerlo en escena (nos costó un poco por la admirable caracterización) sabíamos que nos había tocado la lotería. Qué decir de Burés: siempre está magnífico, todo lo hace bien. Tememos la presencia de Trunchbull en el escenario, pero a su vez la echamos de menos cuando no está. Eso es la grandeza de un genio de las tablas. Gracias Oriol.

Allende Blanco interpretó a la señorita Honey, con ternura y dulzura y con unos ‘solos’ espectaculares en alguno de los temas que se granjearon el mayor de los aplausos.

Héctor Carballo es el canalla y pícaro Mr. Wormwood. Perfecto en el papel, fue uno de los personajes que más nos divirtieron, que más sonrisas nos sacaron, con una potencia de voz envidiable que no precisaba de micrófono.

Su ‘mujer’, Pepa Lucas (Mrs. Wormwood), estuvo brillante, constituyendo cada una de sus apariciones un cóctel molotov en continuo movimiento, con una gestualidad desternillante, con su bailarín como partenaire en algunas de las escenas más hilarantes del musical.

Bajo la increíble caracterización creímos adivinar a Natalie Pinot como la soñadora bibliotecaria Mrs. Phelps, encandilada por el relato folletinesco de Matilda, derrochando simpatía con un personaje por el que sentimos adoración.

Y por supuesto nuestro mayor aplauso y reconocimiento al resto de actores: Michael, acróbatas, escapistas, el doctor, el mafioso…, y los niños y niñas que hacen de ‘Matilda’ el alma de la obra.

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