“El sonido oculto” es el montaje que se representa en el Teatro Pavón del 24 de marzo al 14 de mayo. Se trata de una adaptación realizada por el reconocido Juan Carlos Rubio del finalista al Premio Pulitzer Adam Rapp, que ha triunfado en Broadway.

Crisol de géneros

La categorización de esta obra como “thriller psicológico” se nos antoja como insuficiente: el crisol de géneros melodramáticos es tan rico, tan lleno de matices y de sugerencias evocativas, que trasladan al espectador a múltiples universos paralelos de sensaciones trágicas, cómicas, hilarantes, a veces con el absurdo como forma de enfrentarse a una realidad desafiante por sus consecuencias devastadoras.

Julia Martín es profesora de escritura en la Universidad de Salamanca. En el gélido invierno charro simpatiza -y empatiza- con uno de sus alumnos, llamado Hugo Barroso, quien acude a ella para compartir que está escribiendo una novela. Sin desvelar nada más al espectador, destacar que sus charlas adquieren un toque novelesco, con Dostoyevski como sosias de ambos en múltiples facetas y aspectos de sus vidas, con un desenlace inesperado y sorprendente.

Toni Acosta y su ‘tour de force’

Toni Acosta, como profesora, nos ofrece un ‘tour de force’ magistral. Nos declaramos auténticos fans y seguidores de la actriz tinerfeña desde su ‘Vera’ en “Policías en el corazón de la calle”. En “El sonido oculto”, nos conmueve, sacude nuestras conciencias, destilando fina ironía, comicidad. Su verborrea desde el comienzo de la representación nos deja absortos, sorprendidos por su memorización, por su capacidad de aprendizaje, por el matiz que añade en cada una de las frases: en su boca -y gestos- éstas no resultan lineales. Enfrentarse en una primera función a un teatro lleno, con tanto aplomo y honestidad, nos produjo una profunda emoción, premiándole con un fuerte e interminable aplauso final.

Omar Ayuso, vulnerable y sensible

Omar Ayuso debuta en las tablas con el personaje de Hugo Barroso con seguridad, contundencia y eficacia interpretativa. Sus ademanes le auguran un provechoso futuro más allá de ‘Élite’, una serie que nos gusta -y mucho-. Durante el desarrollo de la obra su concentración resultó prodigiosa, con una versatilidad envidiable producto del trabajo sosegado y disciplinado, llevándonos al límite, acompañándole en su camino hacia la exacerbación de la vulnerabilidad, y en ocasiones hasta de la pusilanimidad, que están más que justificadas por una intrahistoria que arrolla la psique del espectador. Si la quieren conocer, no se la pierdan.