Todos recordamos en el colegio que en alguna ocasión nos llegaba la angustiante noticia de que el mundo se acababa «tal día, a una hora».
«El fin» recoge esta premisa apocalíptica difundida en este caso en el año 2024 por medio de Instagram, cuyo anuncio oficial lo realiza la primera (y última) presidenta de España, encarnada por la siempre desternillante Silvia Abril.
Toni Acosta interpreta –en uno de sus mejores papeles sobre las tablas– a la profesora de secundaria Lina Martínez que elabora una lista de tareas pendientes a realizar en poco más de 10 horas.
La caótica y amorosa familia
En ese tiempo quiere reforzar los lazos con su madre Curra (encarnada por la gran actriz Esperanza Elipe, en estado de gracia en esta pieza teatral), con su abuelo Felipe (interpretado magistralmente por el actor Juan Carlos Sánchez, que combina la ternura con la ironía cínica que le han otorgado sus años) y con su hijo Rober (a quien da vida el joven Álex Mola, que sorprende por su seguridad en las tablas).
¿El amor de Oriol?
En su frenética carrera contrarreloj se cruza el ¿amor? de Oriol, su amante casado desde hace tiempo, que se ve inmerso en una inseguridad constante vinculada dualmente a su arrollador físico y a su presunta ausencia de intelecto. El actor catalán Rubén de Eguía maneja con soltura diversos registros interpretativos, que le hacen brillar sobre el escenario.
Tres personajes para Lina
Tres personajes contextualizan el caos que asola a Lina en sus últimas horas en el planeta Tierra: la suspicaz y deslenguada camarera serbia de la cafetería del colegio, Ljubicica (interpretada por Marta Malone, quien inaugura la función con una interpretación colosal en directo de una de las canciones más conocidas de Rocío Jurado); Eloy Barranco “El drogas”, un observador sabio callado, al que el actor Pepe Sevilla le imprime un gracejo canalla seductor; y Sor Delia, una monja nada común, ya que sostiene que se comunicó directamente con Dios en París, a la que pone voz (y vaya voz) Astrid Jones.
Reflexiones ante la destrucción
«El fin» de Paco Gámez, bajo la dirección de José Martret, reflexiona en torno a la voluntad y los deseos incumplidos de la infancia -que años después ya no tiene sentido llevarlos a cabo-, sobre las posibilidades creativas (y surrealistas) ante los conflictos inminentes planteados, sobre el amor no verbalizado que surge en las relaciones humanas y sobre cómo la próxima destrucción hace surgir lo mejor de cada uno de nosotros.
«El fin» se representa en el Teatro Español hasta el próximo 14 de julio.