La crítica de «Ocio y más Madrid».
Después de ver a Julián Fontalvo, comprendemos el éxito de “El Imitador” y su renovación en el Teatro Marquina para el año que comienza. Su garganta privilegiada -y su oído prodigioso- le permite reproducir las voces -y los gestos- de unos 70 artistas de reconocido prestigio nacional e internacional. Se agradece que exista un hilo argumental, una tierna historia “para recordar” -no haremos spoiler– que merece la pena ser escuchada, porque es una melodía que nos llega directa al corazón, combinando hábilmente el humor y la emoción.
Julián Fontalvo atesora una maestría vocal y una herramienta -su voz- que maneja a su antojo con sabiduría y aplomo. Sus recreaciones son “inimitables”, algunas de ellas tan idénticas e inmaculadas en su fondo y forma que consiguen que esbocemos una sonrisa de admiración. De su repertorio, nuestro “top” lo ocupan “We are the world” (un 10 de nota); “Con te partirò”, de Andrea Bocelli (lo único malo es que acabase); “I got a woman” (con una poderoso timbre afroamericano y una gestualidad idéntica a Ray Charles); “Let her go”, de Passenger (otro “pedacito” que se nos hizo muy breve, con lo bonito que sonaba); y “Para ti sería” (Julián: amplía la duración de este tema, que “clavas” a Nek). Pero hay más sorpresas… «Si yo no te tengo a ti», de Hombres G; «You’r beautiful», de James Blunt; «Maldito duende», de Héroes del Silencio…
“La playa” de la Oreja de Van Gogh, “Hips don’t lie” de Shakira y “19 días y 500 noches”, de Joaquín Sabina, despertaron las carcajadas del público por el atrevimiento y desenfado con las que “El Imitador” abordó estas canciones.
Sin duda alguna, nos encontramos ante un espectáculo único en la escena madrileña y que no recordamos haber visto con anterioridad. Un espectáculo maduro, de calidad, que convierte al público en partícipe, en el coro. El día que asistimos el aforo estaba lleno y no nos extraña: “El Imitador” conquista con su desparpajo, asumiendo riesgos, enfrentándose incluso a “El tiburón”. Julián: no pares, sigue sigue.