La crítica de «Ocio y más Madrid».
La adaptación a la escena española de “La jaula de las locas”-realizada por Roser Batalla y Roger Peña– reúne a grandes nombres, reconocidos por su trayectoria, profesionalidad, carisma y sello personal: la dirección corre a cargo de Àngel Llàcer y la dirección musical está firmada al alimón por Manu Guix y Andreu Gallén. La coreografía lleva el sello inimitable de Miryam Benedited, siempre exquisita y variada, nada repetitiva, que refleja en cada número la importancia de la diversidad en el amor y en la vida. Porque “La jaula de las locas” constituye en su esencia en eso, en hacer el humor, en vivir y dejar vivir, y en trasladar la idea de que cualquier manifestación de amor y respeto merece ser disfrutada y “cantada”.
El reparto coral que nos tocó en suerte disfrutar el día de la representación resultó espectacular -no podemos comparar pero nos sentimos muy muy afortunados-: Oriol Burés nos cautivó, sedujo y enamoró como Albin-Zaza. Destaca la voz espectacular con la que trufó los distintos temas musicales con notas altas, sin caer en el falsete, al nivel de un tenor.
José Luis Mosquera encarna a un Albin tierno, humano y cómplice de las locuras de su pareja.
Mención especial merece Ricky Mata: desde su primera aparición se convirtió en un imprescindible en las escenas que provocaron las mayores carcajadas y los aplausos del respetable.
Dentro del repertorio de temas musicales nos gustaron especialmente “Soy lo que soy” y “La vida empieza hoy”. El cabaret, el teatro de variedades burlesque, la parodia y la extravagancia forman parte de los pentagramas y la esencia de las letras que reivindican a través del humor cuestiones muy serias, con verdades categóricas e irrefutables. Ideas, reflexiones, emociones y sensaciones toman cuerpo en estrofas sencillas, con estribillos pegadizos. La ilusión, la esperanza, la naturalidad… Podría ser títulos de dichas canciones pero realmente son elementos pertenecientes a un ideario de libertad incuestionable que, lamentablemente, a día de hoy generan polémica y diatribas negacionistas.
“La jaula de las locas” se constituye en un sólido musical de imprescindible visionado, con múltiples alicientes, que nos ofrece una perspectiva instructiva -a la par que crítica- que atestigua la necesidad de un mundo feliz a pesar de todo y por encima de todos.
«La jaula de las locas» se representa actualmente en el Teatro Rialto.